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Efectos sobre la salud en trabajos con altas temperaturas
Dpto. Prevención de CEN
El ser humano necesita que la temperatura interna de su cuerpo se mantenga más o menos constante con unas variaciones mínimas y para lograrlo dispone de un sistema termorregulador. Cuando este sistema llega a su límite y persiste la exposición a niveles elevados de temperatura ambiente, pueden producirse daños irreversibles sobre la salud del trabajador.


 Prevención 
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Riesgos laborales que originan los movimientos repetitivos
Dpto. Prevención de CEN
El trabajo que exige movimientos repetitivos, rápidos o forzados, o que requiere mantener una postura fija durante periodos largos puede provocar trastornos músculoesqueléticos.

Se define como movimientos repetitivos a un grupo de movimientos continuos mantenidos durante un trabajo que implica la acción conjunta de los músculos, los huesos, las articulaciones y los nervios de una parte del cuerpo y provoca en esta misma zona fatiga muscular, sobrecarga, dolor y, por último, lesión.


Se entiende por movimiento repetitivo cuando se produce alguna de las dos características siguientes:
 

  • El ciclo principal que se repite tiene una duración inferior a los 30 segundos.
  • Más del 50 por ciento del ciclo repetitivo es invertido por el movimiento responsable de la fricción irritante.

Los transtornos musculoesqueléticos que originan los movimientos repetidos afectan con más frecuencia a los miembros superiores, como, por ejemplo, manos, muñecas, dedos, etc.


Riesgos derivados de los movimientos repetitivos

Lesiones de los tendones: los trastornos en los tendones y sus vainas son lesiones muy comunes y no en pocas ocasiones afectan también a las zonas próximas al hueso (entesitis). La recuperación es normalmente lenta y si la causa que lo provoca no es eliminada estas lesiones se cronifican. Las patologías más habituales son:

 - Tendinitis, inflamación del tendón

Tenosinovitis, inflamación de la vaina sinovial

Síndrome de De Quervain, el tendón queda comprimido por la vaina sinovial

Dedo en resorte, sensación de bloqueo o resistencia del dedo

Quiste sinovial o ganglión, abultamiento con fluido sinovial debajo de la piel

Epicondilitis, prominencia externa del codo

Epitrocleitis, irritación de las uniones de los músculos flexores de los dedos en el interior del codo

Lesiones de las bolsas serosas: las bolsas serosas son cápsulas rellenas de sinovial que previenen la fricción entre tendones y otras estructuras proporcionándoles una suave amortiguación.

Lesiones de los nervios: las lesiones nerviosas por atrapamiento se ocasionan al realizar actividades repetitivas que exponen los nervios a las presiones sobre los bordes puntiagudos de superficies de trabajo y/o herramientas o por compresiones de los tendones, huesos y ligamentos contiguos. Las patologías más habituales son:

Síndrome cubital (codo de telefonista), presión en el nervio cubital a su paso por el codo, experimentándose acorchamiento y hormigueo en los dedos meñique y anular de la mano

Síndrome del túnel carpiano (calambre de los escritores), inflamación de los tendones de la muñeca

Lesiones neurovasculares: algunos traumatismos repetitivos afectan tanto a los nervios como a los casos sanguíneos adyacentes. La patología más habitual es: Síndrome del conducto torácico, compresión de los nervios y los vasos sanguíneos entre el cuello y el hombro.

Lesiones de espalda: existe una clarísima relación entre el levantamiento de cargas y movimientos forzados de espalda con el desarrollo de lesiones a nivel dorso – lumbar. Las patologías más habituales son:

Cervicobraquialgia, dolor con crisis de agudización localizado en la región cervical e irradiado a extremidades superiores

Dorsolumbalgia contractura muscular localizada en la zona inferior de la columna e irradia a nalgas

 

Medidas preventivas

Las principales medidas de prevención para controlar y disminuir los trastornos musculoesqueléticos derivados de movimientos repetitivos son:

  • Tener en cuenta el diseño ergonómico del puesto de trabajo; adaptar el mobiliario (mesa, sillas, tableros de montaje, etc.) y la distancia de alcance de los materiales (piezas, herramientas, objetos) a las características personales de cada individuo (estatura, edad, etc.), favoreciendo que se realice el trabajo con comodidad y sin necesidad de realizar sobresfuerzos.
  • Realizar las tareas evitando las posturas incómodas del cuerpo y de la mano y procurar mantener, en lo posible, la mano alineada con el antebrazo, la espalda recta y los hombros en posición de reposo.
  • Evitar los esfuerzos prolongados y la aplicación de una fuerza manual excesiva, sobre todo en movimientos de presa, flexo-extensión y rotación.
  •  Utilizar herramientas manuales de diseño ergonómico que cuando se sujeten permitan que la muñeca permanezca recta con el antebrazo. Al manejar herramientas que requieran un esfuerzo manual continuo, como por ejemplo los alicates, es mejor distribuir la fuerza prefiriendo la actuación de varios dedos a uno solo y también favorecer el uso alternativo de las manos.
  • Reducir la fuerza que se emplea en ciertas tareas (carpinterías, industrias cárnicas, textil, etc.), manteniendo afilados los útiles cortantes y aguantando los objetos con ganchos o abrazaderas.
  • Emplear las herramientas adecuadas para cada tipo de trabajo y conservarlas en buenas condiciones y sin desperfectos, de modo que no tenga que emplearse un esfuerzo adicional o una mala postura para compensar el deficiente servicio de la herramienta.
  • Utilizar guantes de protección que se ajusten bien a las manos y que no disminuyan la sensibilidad de las mismas, puesto que, de lo contrario, se tiende a aplicar una fuerza por encima de lo necesario.
  • Evitar las tareas repetitivas programando ciclos de trabajo superiores a 30 segundos. Igualmente, hay que evitar que se repita el mismo movimiento durante más del 50 por ciento de la duración del ciclo de trabajo.
  • Efectuar reconocimientos médicos periódicos que faciliten la detección de posibles trastornos musculoesqueléticos y también ayuden a controlar factores extralaborales que puedan influir en ellas.
  • Establecer pausas periódicas que permitan recuperar las tensiones y descansar. Favorecer la alternancia o el cambio de tareas para conseguir que se utilicen diferentes grupos musculares y, al mismo tiempo, se disminuya la monotonía en el trabajo.
  • Informar a los trabajadores sobre los riesgos laborales que originan los movimientos repetitivos y establecer programas de formación periódicos que permitan trabajar con mayor seguridad.


Fuentes

- Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales, www.funprl.es.

- Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, http://www.insht.es

 

Beatriz Remón
Dpto. de Prevención de Riesgos Laborales de CEN

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