El último Observatorio del Mercado Laboral de CEOE destaca que el número de desempleados en abril descendió en 118.923 personas, lo que representa el mayor descenso en la cifra de parados registrados en este mes de toda la serie histórica. Además, en términos desestacionalizados el paro ha disminuido en 50.160 personas, el mejor dato también de toda la serie histórica.
Tal y como señala el Departamento de Relaciones Laborales de CEOE, el saldo de los últimos doce meses refleja una caída del desempleo en 351.285 parados registrados, con una tasa interanual del -7,5%, siendo igualmente el mayor descenso interanual de toda la serie histórica. El paro ha bajado ininterrumpidamente, en términos interanuales, desde octubre de 2013, lo que demuestra que se afianza la recuperación de la economía española y del empleo.
En cuanto a contratación, el total de contratos registrados en abril aumentó un 11,10% respecto al mismo mes del año anterior, con 143.852 contratos más. De esta forma, el número de contratos contabilizados en abril ha ascendido a 1.440.381. Del total, 123.459 fueron indefinidos (el 8,57% del mes).
Según el informe, en coherencia con los datos del paro, los de afiliación a la Seguridad social muestran un incremento respecto al mes anterior en 175.495 personas, el mayor crecimiento registrado en este mes de la serie histórica, lo que confirma un paso más en el cambio de comportamiento del empleo. El número de afiliados ocupados se sitúa en 17.008.296. Resulta positivo que en términos interanuales la afiliación aumente en 578.243 personas. De esta forma se consolida una tasa interanual positiva y creciente (3,52%).
Esta situación del empleo y la contratación invita al optimismo, pero no debe ocultar la gravedad del desempleo existente. Por ello, CEOE insiste en la necesidad de continuar llevando a cabo reformas, sobre la base del diálogo y la concertación social, que contribuyan a aumentar la competitividad de nuestra economía y a la recuperación sostenida del empleo.
El informe concluye que los esfuerzos deben dirigirse a la reactivación económica y a la flexibilización de las condiciones en las que desarrollan su actividad las empresas, para reforzar su capacidad de adaptación a la realidad cambiante y que el crecimiento se traduzca en la mayor creación de empleo posible.