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José María Fidalgo, profesor del IE Business School y ex secretario general de Comisiones Obreras
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"La participación financiera de los trabajadores"
"La empresa del siglo XXI es intensiva en conocimiento"
Vicente Salas, catedrático de Organización de Empresas de la Universidad de Zaragoza, y consejero del Banco de España
En Estados Unidos, el 47% de los trabajadores a tiempo completo en el sector privado están incluidos en programas de participación financiera. De éstos, el 40% participa en los beneficios, el 21% en acciones de las empresas para las que trabajan, el 10% posee opciones sobre acciones y el 12% tiene los tres tipos de participación.





Participaciķn financiera de los trabajadores
“Con la participaciķn financiera se aumenta la motivaciķn y continuidad a la empresa”
Vicente Salas
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Vicente Salas

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Se trata de un “capitalismo compartido” entre empresarios y trabajadores que funciona en múltiples empresas representativas norteamericanas, como Coca-Cola, Procter & Gamble o Amazon, y que analizó el catedrático de Organización de Empresas de la Universidad de Zaragoza, y consejero del Banco de España, Vicente Salas, durante su charla acerca de “La participación financiera de los trabajadores”, que organizó la Confederación de Empresarios de Navarra, el pasado jueves, 22 de mayo.

 Salas expuso las posibilidades de los modelos de participación financiera, tanto para mejorar la implicación de los trabajadores en la empresa, como para lograr unas relaciones laborales más transparentes. Según el experto, este modelo de empresas ha evolucionado de forma paralela al de las empresas tecnológicas. Por ejemplo, “en el mundo del software, un sector intensivo en conocimiento”, como puede ser en el caso de Google, donde el 25% de las acciones está en manos de sus trabajadores.  A este respecto, el catedrático señaló que “la empresa del siglo XXI se parece más a Google que a la Ford del siglo XX”. Es decir, se ha pasado de una predominancia de los activos tangibles de la empresa (maquinaria o instalaciones) a una mayor inversión en elementos intangibles (valor de la marca, patentes, etc.).

Los trabajadores, propietarios de la empresa

Es decir, en el siglo XXI, “los activos intangibles van a ser un recurso estratégico para las empresas”. A su vez, “esos activos tienen una mayor dificultad para identificar al propietario”, y podrían ser parte del capital propiedad de los trabajadores. Por ejemplo, en un diseño de software tiene fácil cabida una propiedad compartida con el trabajador que lo ha llevado a cabo. Dicho esto, Salas advirtió: “si los activos estratégicos de futuro están compartidos, también nos haría falta un modelo de empresa distinto”.

Salas se refirió a dos tipos de participación de los trabajadores en la empresa: la política y la financiera. Por ejemplo, en Alemania no está extendida la segunda, pero sí la participación política. Así, abunda un modelo de “cogestión”, donde la representación de los trabajadores participa en las decisiones de la empresa a través de su presencia en órganos de control, aunque los resultados financieros dependen exclusivamente de quienes aportan el capital.

El otro modelo que se da en el ámbito europeo es el de la participación financiera de muchas empresas de, entre otros lugares, el Reino Unido. Por ejemplo, se facilita que los trabajadores tengan participaciones financieras en su empresa, beneficiándose así de los resultados de la misma, aspecto que goza de incentivos fiscales. Si bien este tipo de participaciones, estrictamente financieras, no conllevan necesariamente formar parte del capital (modelo que sí está más extendido en Estados Unidos).

El modelo opuesto sería el predominante en España, de “empresa tradicional”, donde la participación de los trabajadores es mínima tanto en las decisiones de la empresa como en su financiación, tal y como puso de relieve Salas. En su conjunto, en los países de la Unión Europea de los 27, según un informe de la Comisión Europea, en el periodo de 1999 a 2005, el porcentaje de empresas que ofrecían esquemas de participación en el capital ha pasado de un 13% al 18%, y en el caso de fórmulas de participación en los beneficios del 29% al 35%.

Razones para la participación financiera de los trabajadores

A la luz de estos modelos, Salas desarrolló cuáles son, a su juicio, las principales razones para fomentar la participación financiera de los trabajadores en las empresas españolas. Por ejemplo, el catedrático explicó que “se trata de cambiar coste fijo por coste variable”, como puede ser en que parte de un salario pase a ser variable en función de los resultados de la empresa. Además, se consigue así una “estructura de costes flexible”. También, y como se ha visto en el caso del software, “una parte importante de los activos vienen del propio trabajo de los trabajadores”. De esta forma, haciendo a los trabajadores partícipes de la revalorización que pueden tener esos activos, la empresa también contribuye a pagar a sus trabajadores con sus propios recursos financieros.

Por otra parte, el sentido de propietarios también “aumenta la motivación” de los trabajadores, si bien no de forma inmediata, tal y como reconoció Salas. Del mismo modo, el académico también señaló que la participación financiera puede ser una forma de fomento de la inversión en intangibles, y que incluso puede facilitar la continuidad de la empresa, por parte de los trabajadores, cuando el empresario se retira. Precisamente, acerca de esta inversión en intangibles, Salas puso de relieve la menor repercusión que tiene en España. Cabe destacar, por ejemplo, que, en cuanto a composición de la inversión en “propiedad de la innovación”, el 61% de la misma se corresponde en Alemania con la inversión en I+D, mientras que en España el porcentaje no llega al 34%.

Los activos intangibles, un “recurso estratégico” de la empresa

Respecto a estos activos intangibles, susceptibles de participación por parte de los trabajadores, Salas desglosó los siguientes:

Capital Intelectual.
Información (bases de datos y software).
Conocimiento (I+D+i, experiencia, tácito, patentes, diseño, prototipos, saber hacer de las personas, etc.).
Capital relacional (confianza, reputación, conocimiento y valor de la marca).
Capital organizacional (participación sustantiva, voz, capital humano específico, producción flexible y ligera, capacidad de coordinación y motivación).
Capital integral (complementariedad y sinergia entre todos los activos, incluido el capital humano general y el capital tangible).

Tal y como incidió Salas, “es muy difícil cuantificar estos activos”. Como puede ser en el caso del capital relacional, “ha de analizarse a posteriori, y en relación con la propia competencia”.

La charla de Salas se enmarca dentro del ciclo “La empresa y los empresarios del siglo XXI. A la búsqueda de sistemas de gestión avanzada”, que organiza la Confederación de Empresarios de Navarra, y que supone un foro de intercambio de ideas entre empresarios, y donde se compartirán distintas experiencias de innovación.

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