Así lo explicó Rosillo, en la jornada de “Gestión autónoma de nuestro desarrollo profesional: construyendo nuestro entorno personal de aprendizaje”, que organizó, el pasado miércoles, la Confederación de Empresarios de Navarra (CEN), y en el que se abordaron las nuevas formas de aprendizaje, surgidas en la red. Según la experta, “nuestra actualización ha de ser permanente”. De hecho, el avance de la tecnología es tal que, como si de una nueva revolución industrial se tratase, “el 47% de los trabajos actuales están destinados a desaparecer”.

Sin embargo, esta vez la revolución no viene determinada por la máquina de vapor, sino por la era del conocimiento. Rosillo explicó que, “en 1986, se requería del 75% del conocimiento almacenado en nuestro cerebro para desarrollar nuestro trabajo”. Ahora se necesita menos del 10%, ya que el conocimiento está en la red. A lo que Rosillo añadió: “¡Ya no hay excusas para no saber!”. Otro ejemplo que puso la experta fue: “el conocimiento que nuestros abuelos tardaron una vida en acumular nosotros lo acumulamos en una semana”.

Aprender: una actualización constante

En este nuevo mundo, “tenemos que estar preparados para trabajar en trabajos que aún no existen para problemas que todavía no se han planteado”. Por ello, es más necesario que nunca la formación continua y la actualización ininterrumpida: “el aprendizaje permanente conlleva cuestionarse constantemente. Hay que tener siempre curiosidad y no creer saberlo todo”.

En este sentido, Rosillo parafraseó al que fuera presidente de los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt: “siempre que te pregunten si puedes hacer un trabajo, contesta que sí y ponte enseguida a aprender cómo se hace”. Afortunadamente, la formación es totalmente accesible a la red, y la experta puso el ejemplo de herramientas como los MOOCS, cursos masivos online y abiertos, con las que se puede alcanzar la formación propia de cualquier estudio superior.

“La forma de aprender ya tiene poco que ver con las clases magistrales”, aseguró Rosillo, que explicó que ahora aprendemos “googleando, con tutoriales de Youtube, en grupos de WhatsApp…”. Sobre todo, “a través de la interacción con otras personas, ya que “el aprendizaje pasa por hacer”, por el “ensayo y error” y aprendiendo de la experiencia de los demás. “El conocimiento que más necesitamos ahora mismo no es el explícito, de los manuales técnicos, sino el tácito”. Es decir, ese conocimiento que se adquiere conectando experiencias, con creatividad, inteligencia emocional, etc. Tal y como aseguró la directora del Observatorio de Aprendizaje en la Madurescencia, “las redes permiten la generación de conocimiento tácito”.

Exceso de información: “infoxicación”

Sin embargo, también existen riesgos. Rosillo advirtió de la “infoxicación”, un concepto de Alfons Cornella, que se refiere al exceso de información, por eso es necesario saber filtrarla. Así como hace dos años el puesto de trabajo en auge fue el de Community Manager, ya el año pasado creció con fuerza la figura del “curador de contenidos”, que es el que “destila la información que es importante para mi empresa”. Para ello, además, existen más herramientas. Por ejemplo, la ponente habló de Scoop. It!, que monitoriza aquello sobre lo que nos interesa recibir información. “Se trata de que sea Internet el que trabaje para nosotros”. Otra recomendación de Rosillo fue Symbaloo, que gestiona todas las fuentes de información del usuario.

José Miguel Montes
Responsable de Comunicación de CEN