La Red Europea para la Promoción de la Salud en el Trabajo es una plataforma para el intercambio de información y experiencias entre todos los interesados en promoción de la salud en el trabajo comprometidos con la visión de la red: "Los empleados sanos en organizaciones sanas".
Una Organización Saludable tiene trabajadores más saludables y felices y, por tanto, más productivos. De ahí que una empresa que apuesta por la Promoción de la Salud en el Trabajo (PST) también apueste por la rentabilidad y el bienestar de sus empleados.
El concepto de Promoción de la Salud, cristalizado por la Organización Mundial de la Salud en la Carta de Ottawa (1987) surgió como respuesta a la necesidad de buscar un nuevo acercamiento a los múltiples problemas de salud que aún hoy exigen solución en todas las partes del globo. Define la promoción de la salud como “el proceso que permite que las personas ejerzan control sobre los determinantes de la salud, mejorando así su salud”. Esta definición cobra sentido si tenemos en cuenta que la salud depende de los factores físicos y psicológicos del individuo y de su relación con el entorno. Las organizaciones, como elementos de ese entorno social, presentan estructuras y valores que permiten fomentar la salud, el bienestar y la capacidad de funcionamiento de la persona y la sociedad.
En este marco conceptual, surge el concepto de Organización Saludable. Esta organización va más allá de la mera aplicación de los principios preventivos establecidos en la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales. No basta con prevenir los riesgos para lograr una Organización Saludable, sino que hay que generar una cultura preventiva que contemple la organización como auténtica promotora de salud y seguridad en toda su extensión. Esto significa que las empresas contribuyan de manera activa a la mejora de la salud y el bienestar general de sus trabajadores, mediante actividades dirigidas a mejorar la organización y las condiciones de trabajo, promover la participación activa y fomentar el desarrollo individual.
Cuando hablamos de Organización Saludable nos referimos a un concepto reciente, pero los principios que lo sustentan ya han venido siendo considerados con anterioridad, principalmente desde el paradigma de la Calidad de Vida Laboral. La Calidad de Vida Laboral implica una forma diferente de ambiente dentro de las organizaciones, que se enfoca hacia el desarrollo y crecimiento sano del trabajador, en combinación con el incremento de la eficiencia organizacional. Todos los aspectos vinculados a la calidad del trabajo van en beneficio de las personas, la economía y la sociedad. Las Organizaciones Saludables presentan entornos laborales más seguros y sanos, a través de programas y actividades para fomentar estilos de vida saludables, extendiendo una cultura de la salud como valor social y preventivo.
La PST defiende el papel de la empresa como agente impulsor y promotor de salud, tanto para sus propios trabajadores como, por extensión, para la sociedad en general. Las Organizaciones Saludables se preocupan por el desarrollo de sus recursos internos, así como por el bienestar de sus miembros, buscando establecer una sintonía con ellos y crear un buen ambiente de trabajo. Pero además se desarrollan dentro de una concepción más amplia de mejorar la salud de la comunidad, desde el punto de vista de su relación con el entorno.
Razones para actuar en la empresa
Si después de años de actuación preventiva aún no hemos podido reducir de forma drástica los niveles de siniestralidad es que algo falla. Hemos invertido mucho tiempo y esfuerzo en identificar riesgos y en desplegar medidas para reducir los accidentes. Pero poco en crear una verdadera cultura de salud.
Tenemos que convencernos de que los lugares de trabajo pueden convertirse en auténticos escenarios para la transmisión de conocimientos y conductas potenciadoras de nuestra salud individual. Debemos abordar el tema de la salud de forma integral, porque promover hábitos saludables en los lugares de trabajo es rentable y beneficioso.
Resultados previsibles
La Promoción de la Salud en el Trabajo (PST) presenta resultados con diferentes niveles de efecto. Los efectos directos son los resultados a corto plazo, vinculados con el cambio de actitud o la conducta saludable y son consecuencia de intervenciones en las áreas de abandono de tabaco, presión sanguínea/hipertensión, forma física/ejercicio, gestión del estrés, etc.
Por otro lado, podemos hablar de efectos intermedios, éstos por lo general surgen a medio o largo plazo debido a la interacción con otros factores del lugar de trabajo, y se relacionan con indicadores económicos de la empresa, como el absentismo, la rotación, la productividad y los costes de atención sanitaria.
Los últimos se refieren a los efectos en la salud y efectos sociales a largo plazo. Algunos de los cuales residen fuera del escenario de la empresa y están sujetos a numerosas interacciones complejas con distintos factores internos y externos.
Rentabilidad
Las prácticas de PST acaban beneficiando también al capital social de la organización. El diseño participativo de estas intervenciones fomenta la difusión y el arraigo de normas organizativas promotoras de salud (solidaridad, apoyo mutuo), al tiempo que incrementa la capacidad de la organización y de su dirección para equilibrar las necesidades y los requisitos de los empleados con los objetivos corporativos.
Según Fielding, el gasto en PST constituye una inversión potencial en el capital humano de una empresa. A diferencia del análisis de inversión comercial normal, que utiliza parcialmente el análisis de coste – beneficio (CBA), o el análisis de coste – eficacia (CEA), para las actuaciones en promoción de la salud hay que emplear métodos que se adapten al efecto con frecuencia retardado de la intervención y sus múltiples resultados, además de a sus evaluaciones a menudo diferentes. Diversos autores proponen el análisis de coste – utilidad (CUA) y el análisis de utilidad como métodos adecuados.
El impacto social
Las empresas son cada vez más conscientes de la necesidad de dialogar con los diferentes grupos de interés y de tener en cuenta sus expectativas. Clientes, accionistas, inversores, trabajadores y otros grupos de interés dan cada día más importancia a la responsabilidad social de la empresa y su implicación con la comunidad.
Se trata de que las empresas cumplan con las expectativas de sus clientes y, por consiguiente, de la sociedad. Principios que no vienen escritos ni se imponen a las instituciones, son reglas que pertenecen al ámbito de la ética y están reforzadas por convicciones sociales, que son las que generan elogios o reproches ante las empresas. Es una actividad voluntaria de integración de las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones empresariales y en sus relaciones.
Fuentes
- Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales, www.funprl.es
- Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, www.insht.es