Descargar vídeo Felipe Larrión

Larrión se remontó a hace tres décadas, “cuando yo tenía dieciocho años, y ser empresario era algo que ya me atraía, pero que veía como un mundo muy  distante. Tenía miedos y dudas”. ¿Cómo entonces llegó a construir este grupo empresarial, dedicado al corte de materiales como el acero, y con sedes en distintas comunidades españolas? “Fue una aventura muy dura”, aseguró este, que relató cómo estudió Derecho y comenzó a trabajar profesionalmente por cuenta ajena.

Así, y tras comenzar en la asesoría empresarial, pasó por distintos grupos. “Trabajaba para un grupo francés de logística, y, cuando tenía veintinueve años, me propusieron asumir la gerencia de una compañía del grupo en Barcelona, gestionando cien camiones… y una situación complicada”. Fue “un tiempo de sacrificio” porque Larrión, ya entonces casado y con hijos, tenía a su familia en Pamplona, donde volvía todos los fines de semana.

Una vez que la compañía en Barcelona se integró en una división francesa, Larrión volvió a Navarra, pero, de ahí, surgieron otras empresas del grupo para gestionar, en Logroño, en Zaragoza… “Eso me hizo madurar mucho”, aseguró el empresario, que reconoció que “era complicado llegar a los sitios y reestructurar esas compañías en el grupo, empezando de cero”.

Tras estos años, Larrión cambió de grupo empresarial, siendo el director en la península ibérica de otra compañía francesa. Sin embargo, “llegó un momento en que se me exigió residencia fija en Barcelona, pero yo tenía en Pamplona a mi familia y no quise”. Ante esta situación, en el año 2008, Larrión dio el salto al sector industrial, pero “comenzó la crisis y llegaron las dificultades”. Según explicó, “en la industria, hay mucho peso financiero, para bien y para mal. Cuando se prevé que va a haber rentabilidad, se invierte mucho, pero, cuando empiezan los problemas, las financieras se olvidan del para qué está constituida tu empresa”.

Al final, dejó el grupo y se tomó un “tiempo de reflexión”. Según explicó, “tenía 45 años y me preguntaba ‘qué voy a hacer con mi vida’. Tenía gran ilusión por ser dueño de mí mismo, pero, con una edad en la que o me lanzaba a ser empresario o seguiría trabajando como profesional”. A este respecto, Larrión subrayó que, “como profesional, desarrollas el proyecto de otro, pero renuncias a tus propias ilusiones”, así que acabó desarrollando “en mente” la creación de un grupo empresarial. A este respecto, el empresario invitó a los jóvenes a pelear por sus propias ilusiones y proyectos, dejando a un lado ese “miedo a lo desconocido”.

El nacimiento del Grupo Oxicortes

Fue entonces cuando nació Oxicortes. “Encontré una empresa de Pasajes (Guipúzcoa), que se encontraba en relevo generacional y que ya estaba cerrando. Llegué a un acuerdo con ellos y, arriesgando el dinero que tenía en ese momento, compré la compañía”. En el año 2011, en plena crisis, esta empresa pasó de estar cerrada a tener siete empleados y facturar millón y medio de euros. El grupo ya tenía esta empresa, pero, a finales de 2011, Larrión identificó otra empresa en Esquíroz (Navarra), también en relevo generacional y, llegando a un acuerdo de precio, también la adquirió. Esta compañía navarra tenía entonces veinte trabajadores y millón y medio de euros de facturación, y ahora tiene cuarenta personas y factura seis millones.

Ya en 2013, “vi que teníamos que abrirnos a nuevos mercados y a nuevas tecnologías de corte”, así que “compramos otra empresa, en Madrid, que estaba en ERE. Sin cambiar de personal, con el mismo equipo, pero con un nuevo proyecto y motivación”, el centro salió adelante y cerrará el año con una facturación de 2,3 millones, y con veinte trabajadores en plantilla.

Tras la charla, los alumnos de Salesianos hicieron una visita guiada en las instalaciones de Oxicortes en el Polígono Industrial Comarca 2, de Esquíroz.

¡Puedo ser empresario!

El ciclo “¡Puedo ser empresario!”, que organiza la Confederación de Empresarios de Navarra desde el año 2008 y en el que han participado 60 empresarios y más de 5.000 y más de 2.000 alumnos. Más de quinientos de ellos, en el último año.