La Confederación Española de Organizaciones Empresariales en su informe sobre “la economía sumergida en España frente al resto de países desarrollados” analiza la evolución que este fenómeno ha experimentado en nuestro país en comparación con los países de nuestro entorno.
 
En la última década, se observa una importante reducción de la economía sumergida en las principales áreas económicas del mundo, incluida España. Sin embargo, dicha tendencia a la baja, se ha visto interrumpida con el inicio de la crisis financiera internacional. A mediados de 2008 repuntó la actividad económica informal ya que coincidieron una serie de factores que motivan a los agentes económicos a operar en economía sumergida.

Según apunta CEOE, existen tres causas que incentiva a trabajar en la economía sumergida:

• Aumento de los impuestos, tanto directos como indirectos

• Aumento de la carga normativa

• Mayor permisividad por parte de la sociedad hacia la economía sumergida

Dado que no existe una fuente oficial de información para el cálculo de la actividad al margen de la regulación de los Gobiernos, su cálculo debe ser estimado, campo en el que el Profesor Friedrich Schneider, Jefe del Departamento de Ciencias Económicas de la Universidad Johannes Kepler de Linz (Austria), y al que CEOE hace referencia en su informe, ha trabajado en los últimos años. Según las últimas estimaciones del experto Schneider, la economía sumergida en nuestro país se sitúa en el 19,2% del PIB, ligeramente por encima del 18,9% del PIB de la UE.

No obstante, la Unión Europea muestra tasas muy dispares, ya que en un extremo se encuentran los países con menores ingresos de la UE y de reciente incorporación, como Bulgaria y Rumanía, así como los países bálticos, en los que la economía sumergida supera el 25% del PIB. En cambio, los países centroeuropeos, tal que Austria, Luxemburgo y Países Bajos, cuentan con tasas inferiores al 10% del PIB.

A la misma conclusión llega el Instituto “Tax Research UK” en su último informe encargado por el Grupo Socialista del Parlamento Europeo, con una diferencia, este organismo atribuye un mayor peso a la economía sumergida en casi todos los países respecto a los índices apuntados por el Profesor Friedrich Schneider.

De esta forma, un 22,5% de nuestra economía estaría sumergida, lo que supone una pérdida de ingresos aproximada de 81.412 millones de euros.

Por ello, la lucha contra el fraude fiscal está centrando parte de las políticas acometidas por el Gobierno de Mariano Rajoy como la limitación a 2.500 euros para pagos en efectivo, con la que se pretenden que afloren 27.000 millones de euros, o la llamada amnistía fiscal, con la que se espera que salgan a luz 25.000 millones de euros.

En comparación con los principales países avanzados, en ambas estimaciones (Tax Research UK y Profesor Friedrich Schneide) España ocupa el cuarto puesto por la cola al estimar que sólo Grecia con un 24%, Italia con un 21,6% y Portugal con un 19,4%, superan a España en Economía sumergida (19,2%).

Además, el informe de CEOE recuerda que el volumen de la economía sumergida en países de la OCDE no europeos se sitúan por debajo del 10% del PIB. En concreto, Japón registra en torno al 8,8% del PIB, mientras que en Estados Unidos, dicho nivel desciende hasta el 7% de su Producto Interior Bruto.

Para mejorar los datos de economía sumergida de España, CEOE propone una reducción de la carga fiscal y una mejora del entorno normativo español. Así, según el informe de CEOE, se favorece, no solo la actividad económica, sino también el trasvase de parte de la actividad ejercida en economía informal hacia el sistema oficial.