“La búsqueda de talento preocupa a nueve de cada diez empresas”. De hecho, el 55% de las compañías españolas manifiestan tener dificultades a la hora de encontrar perfiles profesionales adecuados. Esta gestión, “la batalla por el talento”, es una competición “a nivel global”, donde en balance España es un país “demandante de talento”.

Así lo expresó el director de Randstad Research, Valentín Bote, en la jornada “Digitalización y escasez de talento”, que organizaron, el pasado 17 de mayo, la Confederación de Empresarios de Navarra (CEN), la Asociación Española de Dirección y Desarrollo de Personas (AEDIPE Navarra) y la propia Randstad, con el fin de analizar la gestión del talento en la actual “revolución digital”.

El mundo laboral, tal y como explicó Bote, se enfrenta a una “transformación digital” que se acelera cada vez más. Esto genera “el riesgo de que muchas personas se queden desconectadas”, lo que supone un “gran reto” como país de cara a contar con una formación cualificada para las empresas.

Esta formación que el mercado laboral requiere, sin embargo, va más allá de las “habilidades técnicas”. Entre las competencias que más demandarán las empresas en el año 2020, las compañías buscarán a personas con capacidades transversales como “la solución de problemas complejos, la creatividad, la gestión de personas o el pensamiento crítico”, aseguró Bote, que tomó como referencia el reciente estudio de Randstad “Déficit de talento y desajuste de competencias”, basado en un encuesta en la que participaron miles de empresarios y directivos.

Se buscan trabajos estimulantes

En la jornada, también intervino el director regional de Randstad, Andrés Menéndez, que se refirió a cómo evolucionan las preferencias de los demandantes de trabajo a la hora de elegir un empleo. Según Menéndez, “los empleados cada vez valoran menos aspectos tales como el salario, mientras que aportan más valor a otros aspectos como el desarrollo de la carrera profesional o que el trabajo a ejercer sea estimulante”. De hecho, tal y como señaló Bote, “las expectativas de los trabajadores muchas veces no se cumplen”. Por ejemplo, “estos se sienten atraídos por empresas que promuevan el equilibrio entre la vida laboral y personal”.