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Calor y Trabajo
Parte I
En los meses de verano, las condiciones ambientales a las que se encuentra expuesta cierta población trabajadora pueden ser la causa de accidentes de trabajo, algunos de ellos de consecuencias muy graves o mortales.

En el ámbito de la prevención de riesgos laborales se denomina estrés térmico por calor a la carga de calor que los trabajadores reciben y acumulan en su cuerpo y que resulta de la interacción entre las condiciones ambientales del lugar donde trabajan, la actividad física que realizan y la ropa que llevan. 
 
El estrés térmico por calor resulta especialmente peligroso en los trabajos al aire libre, como en la construcción, la agricultura o en los trabajos de obras públicas, ya que, al tratarse de una situación peligrosa que fundamentalmente se da en los días más calurosos de verano, no suele haber programas específicos de prevención de riesgos como en el caso de los trabajos donde el estrés por calor es un problema a lo largo de todo el año. 
 
La exposición al calor puede causar diversos efectos sobre la salud, de diferente gravedad, tales como erupción en la piel, edema en las extremidades, quemaduras, calambres musculares, deshidratación, agotamiento, etc. El efecto más grave de la exposición a situaciones de calor intenso es el golpe de calor. Cuando se produce el llamado golpe de calor, la temperatura corporal supera los 40,6 ºC, siendo mortal entre el 15 % y 25 % de los casos.
 
Síntomas de un “golpe de calor”
 
Síntomas generales: Temperatura interna superior a 40,6 ºC; Taquicardia; Respiración rápida; Cefalea; Náuseas y vómitos. 
Síntomas cutáneos: Piel seca y caliente; Ausencia de sudoración. 
Síntomas neurosensoriales: Confusión y convulsiones; Pérdida de consciencia; Pupilas dilatadas. 
 
Factores de riesgo
 
Los factores de riesgo en el estrés térmico son: 
 
Factores climáticos: 
 
-Exposición a temperaturas y humedades relativas altas. 
-Ventilación escasa. 
-Exposición directa a los rayos del sol.
 
Factores relacionados con el tipo de tarea: 
 
-Dificultad para suministrar a los trabajadores agua. 
-Realización de trabajo físico intenso. 
-Pausas de recuperación insuficientes: A medida que la temperatura es mayor, las pausas deben ser más largas y frecuentes. 
-Utilización de equipos de protección que impidan la evaporación del sudor. 
 
Factores individuales: 
 
-Pérdida de aclimatación. La aclimatación se consigue en 7-15 días pero desaparece en tan sólo una semana. 
-Condición física. La falta de entrenamiento en la ejecución de tareas físicas intensas constituye un factor de riesgo. 
-Existencia de antecedentes médicos, tales como enfermedades del sistema cardiovascular, de las vías respiratorias, diabetes o insuficiencia renal. 
-Ingesta de determinados medicamentos, tales como antihistamínicos, diuréticos o antidepresivos. 
-Consumo de sustancias tóxicas, tales como alcohol o cafeína. 
-Sobrepeso: Las personas gruesas presentan una menor capacidad para disipar calor al ambiente. 
-Edad avanzada: Las personas mayores presentan más riesgo de deshidratación, ya que con la edad el mecanismo de termorregulación se ve alterado, produciéndose una disminución importante de la sensación de sed. 
 
Fuentes:
 
- Instituto Navarro de Salud Laboral, www.navarra.es
- Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, www.insht.es
- Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales, www.funprl.es
 
El contenido de dicha publicación es responsabilidad exclusiva de la entidad ejecutante y no refleja necesariamente la opinión de la FUNDACIÓN de prevención de riesgos laborales.
 
Dpto. de Prevención de Riesgos Laborales de CEN
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