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José Antonio Sarría, presidente de CEN
"La extorsión de ETA generó mucho sufrimiento que los empresarios vivieron en soledad"
Los años de la extorsión de la banda terrorista ETA a los empresarios representan una época "con mucho sufrimiento", que los empresarios vivieron "en soledad". Así lo definió el presidente de la Confederación de Empresarios de Navarra (CEN), José Antonio Sarría, durante la presentación del libro "La bolsa y la vida. La extorsión y la violencia de ETA contra el mundo empresarial".

De izda. a dcha., Doroteo Santos, Josu Ugarte, José Antonio Sarría y Gaizka Fernández

El 1 de marzo, la sede de CEN acogió la presentación de este trabajo, coordinado por el director de la Asociación Vasca de Derechos Humanos Bakeaz, Josu Ugarte, y editado por la Esfera de los Libros, que aporta una minuciosa investigación sobre la extorsión y la violencia que ETA ejerció contra empresarios y profesionales, gracias a las cuales logró recursos suficientes para financiar su actividad terrorista.

En la apertura de la presentación, Sarría se refirió a la oportunidad de poder hacer memoria y  hablar “en profundidad” de aquellos momentos “muy duros” en la que los empresarios vascos y navarros sufrieron, durante más de cincuenta años, extorsiones, secuestros y atentados. “Los empresarios, además de las dificultades propias del mundo de la empresa, podían encontrarse con una carta que les amenazaba”, explicó el presidente de CEN. Ante esta situación, muchos empresarios (decenas de miles según la obra presentada), se enfrentaban al dilema decirlo a alguien o no decirlo, de acudir o no  a la policía…

“La primera carta producía desasosiego, pero, si no se cedía al chantaje, a los seis meses, te mandaban otra carta que podía ir dirigida a tu mujer, con el remite de uno de tus hijos… Así, se le indicaba a la persona amenazada que se conocía a su familia”, puso como dramático ejemplo el presidente de los empresarios navarros.

“La mayoría no pagaron, pero una minoría sí”, expuso por su parte el historiador Gaizka Fernández, coautor del libro. Este relató la historia de la banda terrorista, que se cobró la vida de aproximadamente 850 personas, de los que 150 eran empresarios, directivos o autónomos. “Los empresarios eran para ETA la gallina de los huevos de oro. ETA buscaba oro para conseguir plomo: armas, pisos, pagar a sus liberados...”.

Fernández explicó cómo las principales vías de financiación de ETA fueron los atracos, los secuestros y la denominada recaudación del “impuesto revolucionario”, bajo un sistema perfeccionado desde los años setenta en el que la clave para el cobro fue la espiral de violencia, fundamentalmente, a raíz de los asesinatos de los empresarios Ángel Berazadi (1976) y Javier Ybarra (1977). “Los empresarios se sentían indefensos, ya que entonces acudir a la policía tampoco aportaba absoluta garantía”.

Precisamente, el enfoque policial de la presentación lo aportó el ertzaina y coautor del libro Doroteo Santos, que reconoció que la lucha contra el terrorismo dio un vuelco cuando las investigaciones empezó a volcarse en la financiación de la ETA, así como gracias a la colaboración internacional que dio frutos relevantes, por ejemplo, a la hora de desencriptar la información de la banda. Santos explicó que, en muchas ocasiones, el pago de la extorsión por parte de empresarios no se efectuaba solo en dinero, sino también en especie, con contrataciones de personas, de proveedores, de inversión en publicidad en determinados medios, etc.

Por su parte, el coordinador del libro, Josu Ugarte, afirmó que, “en el chantaje de ETA, existía un plus de violencia, por el destino del dinero. La bolsa era para matar más y, en definitiva, para crear más miedo social y seguir ejerciendo terror. Al empresario se le sometía al dilema de sufrir el mal en su persona o permitir que lo sufran otras. Por eso, aquel que cedía al chantaje sufría una especie de muerte moral en vida, sabiendo donde se destinaba su contribución”.

Homenaje a los empresarios víctimas del terrorismo

El día de la presentación del libro coincidió con la aprobación, por parte del pleno del Parlamento de Navarra, se realizar un acto de “homenaje y reparación a todos aquellos empresarios que sufrieron los atentado, las amenazas y extorsiones por parte de ETA y los Comandos Autónomos Anticapitalistas”. En la moción, también se aprobó colocar, en colaboración con la Confederación de Empresarios de Navarra (CEN), una placa en la fachada de la sede de esta en homenaje a los empresarios y profesionales extorsionados”.

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